Como si todo se derrumbara frente a mí
Las murallas de miedo cada vez son más débiles
Han ido cayendo poco a poco temores que creí que jamás superaría
Van destruyéndose a destiempo sin control, sin aviso alguno,
Se tiran desde sus cimientos mis barreras que me prohibían ver el mañana
Rompiendo todo lo que se encuentre cerca,
Se desquebrajan sin prisa las paredes de mi enyesado ayer
Remodelado una y otra vez solo para tapar las huellas que se dejaron alguna vez
Esos muros donde quedan recuerdos pintados cual mural de arte Todo cae, se desploma a mis pies,
Tiembla el suelo donde supone que tengo mis raíces bien plantadas
Me quiebran poco a poco los azulejos cortantes que se desintegran
Los vidrios que jamás me mostraron su transparencia explotan en mi rostro
Y se clavan pedazos en todo lo que abarca mi cuerpo
Pero sigo en pie, viendo como se destruye mi alrededor, todo cae,
Truenan mis ventanas que no dejaban ver hacia afuera,
Apenas me dejan ver la luz del sol, que entra y recorre mi habitación lúgubre
Rellenando todo espacio oscuro con su calidez
Visitando rincón a rincón aquel lugar que jamás había iluminado,
Las rendijas se rompen como tallos débiles de flores
Doblándose por donde se les aplique más fuerza brutal
Hierro que se estremece y rompe como mis descalcinados huesos
Una quebradura aquí, una desquebrajada por acá,
Sin que se quite su belleza de derrumbe,
Volteo a ver al que techo que me cubrió de lluvia, de frio y de cualquier adversidad
Como se desmorona bajo mi cabeza, golpeteando mi hueca mente,
Pedazo a pedazo, cae todo esa inmensidad a mis alturas,
Al fin se puedo observar sus detalles de textura sin igual
Se acerca cada vez más a mis ojos, y mí mirada cada vez más a su perfecta piel de cemento,
Pierde su forma perfecta horizontal y plana
Se abre y tira al suelo pedazos de si, como si llorara lagrimas de piedra,
Me cobija con su rasposo manto el cuerpo por completo
Me inclino más y más por su gran poder y fuerza hacia mi
Me arrodillo pero s más fuerte que yo,
Me recuesto besando el piso lleno de vidrios pequeños
A mi espalda se acomoda con delicadeza mi techo protector
Como si fuese mi armadura o mi guardaespaldas
Mientras yo le susurro a los descuartizantes trozos de mi y de mi hogar
Como si fueran personas de verdad,
El espacio se me hace más pequeño, mi nariz toca el frio suelo
Mis ojos se incrustan de pequeños diamantes cortantes
Mi rostro ha tomado un color carmesí que decora el lugar
Mis manos y mis pies no sé donde pudieron haber quedado
Pues como no responden a mí, están atorados en la zona del abismo
No me quiero levantar, no tengo siquiera ganas de hacerlo,
Aquí acomodada en la planicie de mi hogar,
Viendo como escurren sus paredes hacia abajo,
Sintiendo el movimiento sigiloso que provocan los bruscos choques muro a muro
Escuchando tronar todo lo que esté a mi alrededor
Viendo como todo cae,
Estoy cansada, mis ojos lloran no de tristeza sino de cansancio
Mi voz gime, no por pedir auxilio, sino porque busca quien pueda responder,
Mi respiración se viene a deceso, porque ya no puede respirara aire con escombro,
Ya no escucho ni el más insignificante latir de mi corazón, se aplasto por completo,
Llego mi hora de dormir por siempre, descansando en el hogar que me vio nacer,
Que me vio crecer y ahora morir,
Todo se cae, arriba de mí, mis temores se fueron como mi habitación,
Mis miedos mortales se esfumaron como mis ventanas,
Mis alegrías explotaron como mis vidrios,
Mi vida se derrumbo en segundos
como de desplomo mi hogar en pocos minutos…
Las murallas de miedo cada vez son más débiles
Han ido cayendo poco a poco temores que creí que jamás superaría
Van destruyéndose a destiempo sin control, sin aviso alguno,
Se tiran desde sus cimientos mis barreras que me prohibían ver el mañana
Rompiendo todo lo que se encuentre cerca,
Se desquebrajan sin prisa las paredes de mi enyesado ayer
Remodelado una y otra vez solo para tapar las huellas que se dejaron alguna vez
Esos muros donde quedan recuerdos pintados cual mural de arte Todo cae, se desploma a mis pies,
Tiembla el suelo donde supone que tengo mis raíces bien plantadas
Me quiebran poco a poco los azulejos cortantes que se desintegran
Los vidrios que jamás me mostraron su transparencia explotan en mi rostro
Y se clavan pedazos en todo lo que abarca mi cuerpo
Pero sigo en pie, viendo como se destruye mi alrededor, todo cae,
Truenan mis ventanas que no dejaban ver hacia afuera,
Apenas me dejan ver la luz del sol, que entra y recorre mi habitación lúgubre
Rellenando todo espacio oscuro con su calidez
Visitando rincón a rincón aquel lugar que jamás había iluminado,
Las rendijas se rompen como tallos débiles de flores
Doblándose por donde se les aplique más fuerza brutal
Hierro que se estremece y rompe como mis descalcinados huesos
Una quebradura aquí, una desquebrajada por acá,
Sin que se quite su belleza de derrumbe,
Volteo a ver al que techo que me cubrió de lluvia, de frio y de cualquier adversidad
Como se desmorona bajo mi cabeza, golpeteando mi hueca mente,
Pedazo a pedazo, cae todo esa inmensidad a mis alturas,
Al fin se puedo observar sus detalles de textura sin igual
Se acerca cada vez más a mis ojos, y mí mirada cada vez más a su perfecta piel de cemento,
Pierde su forma perfecta horizontal y plana
Se abre y tira al suelo pedazos de si, como si llorara lagrimas de piedra,
Me cobija con su rasposo manto el cuerpo por completo
Me inclino más y más por su gran poder y fuerza hacia mi
Me arrodillo pero s más fuerte que yo,
Me recuesto besando el piso lleno de vidrios pequeños
A mi espalda se acomoda con delicadeza mi techo protector
Como si fuese mi armadura o mi guardaespaldas
Mientras yo le susurro a los descuartizantes trozos de mi y de mi hogar
Como si fueran personas de verdad,
El espacio se me hace más pequeño, mi nariz toca el frio suelo
Mis ojos se incrustan de pequeños diamantes cortantes
Mi rostro ha tomado un color carmesí que decora el lugar
Mis manos y mis pies no sé donde pudieron haber quedado
Pues como no responden a mí, están atorados en la zona del abismo
No me quiero levantar, no tengo siquiera ganas de hacerlo,
Aquí acomodada en la planicie de mi hogar,
Viendo como escurren sus paredes hacia abajo,
Sintiendo el movimiento sigiloso que provocan los bruscos choques muro a muro
Escuchando tronar todo lo que esté a mi alrededor
Viendo como todo cae,
Estoy cansada, mis ojos lloran no de tristeza sino de cansancio
Mi voz gime, no por pedir auxilio, sino porque busca quien pueda responder,
Mi respiración se viene a deceso, porque ya no puede respirara aire con escombro,
Ya no escucho ni el más insignificante latir de mi corazón, se aplasto por completo,
Llego mi hora de dormir por siempre, descansando en el hogar que me vio nacer,
Que me vio crecer y ahora morir,
Todo se cae, arriba de mí, mis temores se fueron como mi habitación,
Mis miedos mortales se esfumaron como mis ventanas,
Mis alegrías explotaron como mis vidrios,
Mi vida se derrumbo en segundos
como de desplomo mi hogar en pocos minutos…
